Sobre el libro que me enamoró de la lectura.



 En el año de 2012 tenía la edad de dieciséis años, estaba en mi primer o segundo año de preparatoria, en las vacaciones y fines de semana me dedicaba a “trabajar” con mi papá.

Desde que tengo uso de memoria he acompañado a mi padre a su trabajo, que (para mí) consistía en el setenta por ciento del tiempo en ir sentado del lado del copiloto durante sus recorridos supervisando la construcción de puentes y carreteras a todo lo largo y lo ancho del estado.

Lo que diferencía las vacaciones de éste año a todas las anteriores es que por primera vez iba a recibir un sueldo formal, por algo que ya venía haciendo desde años atrás.

Así que la casualidad me llevó a recibir mi primer sueldo el mismo año en el que me enamoré de la lectura, pues fue durante este año que de mayo a diciembre leí más de 60 libros y probablemente todo empezó gracias a ese primer sueldo y el primer libro que con ese dinero adquirí.

Para entonces yo únicamente había leído tres o cuatro libros que andaban arrumbados por mi casa, y ya sin tanta pena debo admitir que dos de ellos eran de Paulo Coelho, libros que andaban por mi casa porque una maestra de mi hermana creía que era lo mejor que podía hacer leer a sus alumnos.

Así que ya con el bichito de la lectura el  primer día de pago, después del sermón de mi padre que decía que la mitad de lo que ganaba debía ser para mi mamá, me quedé con suficiente dinero para no saber qué hacer con él. Entonces le pedí a mi papá que me llevara a la librería a la que fuimos después de la hora de comer.

Ya en la librería con poca experiencia y un mundo por conocer decidí husmear un poquito por allá. Después de un rato me decidí por una versión de doce tomos de ‘El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha’ pues porque… ¡Clásico! y doce tomos parecían un montón. Con la primera elección hecha sabía que elegir un clásico podía ser un riesgo para alguien nada experimentado en la lectura así que decidí tener una segunda opción.

Es entonces cuando encontré a ‘Caín’ dentro del aparador de novedades con una portada de color amarillo y contrastes en rojo que definitivamente llamó mi atención. Fue probablemente amor a primera vista pues fui directo a caja y con mi montañita de libros salí por primera vez de la librería con la emoción de los textos por leer.

Así que sí, a veces no está mal juzgar a un libro por su portada, es increíble lo que siete años después esa portada sigue significando para mí.

Emocionado como estaba decidí compartir mi primera adquisición en mis redes sociales, publicando una foto de mis doce tomos de El Quijote y la portada amarilla de Caín. No pasaron ni cinco minutos cuando recibí un comentario bastante peculiar, una conocida de la iglesia me escribió: Ten cuidado con Saramago, no son cosas de Dios.

Para quien no sepa, mi familia forma parte de una religión conocida como presbiterianismo, una rama del protestantismo que comúnmente conocen como cristianismo, pero para no explayarme con el tema, los invito a googlearlo. En fin, mi joven yo de dieciséis años aún asistía a la iglesia los domingos (Bueno, al menos más seguido que ahora) y un comentario como ese me llamó mucho la atención.

Obviamente yo ya había gastado mi dinero en ese libro y ese libro sin importar cuántas advertencias tuviera lo iba a leer, así que sentado en la camioneta y rumbo al trabajo decidí abrir el libro y empezar a leer. Habían pasado alrededor de 40 minutos hasta llegar a nuestro destino, cuando ya estaba atrapado por el peculiar estilo narrativo de José Saramago, con la mitad del libro leído ya solo esperaba regresar a la camioneta y terminar el libro de camino a casa, cosa que después de un rato así fue.

Así que ahora, les hablaré de Caín:

Es el último libro de José Saramago (escritor portugués ganador del Premio Nobel) y narra la travesía de Caín, hermano de Abel, personaje del antiguo testamento, quien después de haber asesinado a su hermano es castigado por Dios y condenado a vagar por la tierra.

Con una marca en la frente, Caín vaga por el desierto hasta llegar a escenarios fuera de su tiempo, siendo parte de los acontecimientos más importantes del antiguo testamento y tomando un papel crucial en ellos.

Afectando el desarrollo de los hechos que en el antiguo testamento conocemos.

Ahí se las dejo, bastante corto y sin spoilers y continoo con el texto.


Fue después de haber leído cuando comprendí la advertencia “¡Ten cuidado con Saramago!” Pues el libro está plagado de la crítica mordaz y sardónica que caracterizó a José Saramago, con un Caín que no tiene miedo a criticar las decisiones y las actitudes de Dios.

Sin embargo, fue este mismo estilo sarcástico e irreverente que terminó por enamorarme del libro ‘Caín’ y que empezó lo que hasta el día de hoy es una relación de mucho afecto y cariño con la lectura.

Después de Caín vinieron otros libros, El evangelio según Jesucristo, Ensayo sobre la ceguera, ¡Las intermitencias de la muerte! Todos, libros de José Saramago quien indiscutiblemente hasta el día de hoy sigue teniendo el título de mi autor favorito.

Así fue que Caín empezó todo y siete años y más de trescientos títulos después sigo estando tan enamorado de la lectura como aquella primera vez.

Locación: Voltacafé.

Hoy Caín ocupa una parte especial en mi corazón y en mi librero, y tal vez ya luego les contaré lo lejos que llegó mi copia de Caín y cómo haciendo honor a su personaje principal, vagó por la tierra y por ahí.


Así que cuando quieran, vamos por un café y les hablo de José Saramago. Estoy seguro que les gustará también.




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